Cuando nos
planteamos llevar a cabo la campaña "Descubre los vinos de Granada"
no pudimos imaginar que la consecuencia más inmediata de la misma iba a ser la
de descubrir personas. Quizá, nada más que por esto, no tengamos excusa para
quejarnos por el esfuerzo y los posibles sinsabores que nos puedan acontecer.
En cualquier caso, lo agradezco y entiendo que ha de ser así: descubrir los
vinos de Granada es descubrir a sus gentes, aquellas que fija a la tierra con
una soldadura de vino y sudor; las gentes que seleccionan a mano el fruto a
estrujar y las que trabajan en bodega afinando sus sentidos para que nosotros
esparzamos los nuestros; y, por supuesto, las personas que se acercan a
nuestros cursos de iniciación expectantes de respuestas que resumimos en una
copa de vino.
Almaraes tuvo que
salir, por petición popular, a hacer un bis. Un merecimiento que no le
privamos, acompañándole de butifarra del Altiplano y queso curado de oveja
macerado en aceite de oliva v.e. pintado con miel de caña.
En su ficha de cata
destacó por su capa de brillos limpios y elegantes, fondo cereza, y una nariz
personalísima entre ciruelas, vainilla y cuero. En boca destacó entre los
asistentes por su amabilidad sostenida, su buena definición, y su gustoso
recuerdo.
Una excelente
experiencia que nos permitió explicar a los iniciantes el carácter de altura de
nuestros vinos, su tradición, sus bodegas y, en resumen, sus gentes.
Iniciamos esta
campaña agradeciendo de antemano a público y colaboradores una confianza que
esperamos devolver con el inicio de una larga pasión.
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